Bukele defiende minería y aborda críticas ambientales
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Bukele defiende la minería y enfrenta preocupaciones ambientales

Bukele defiende la minería y enfrenta preocupaciones ambientales

El presidente de El Salvador, Nayib Bukele, defendió este martes 14 de enero de 2024 la recién aprobada Ley General de Minería Metálica, a pesar de las críticas de sectores sociales. Bukele aseguró que, aunque la explotación minera será regulada, aún no se han otorgado permisos para su práctica.

 

El mandatario destacó que esta legislación, aprobada por el oficialismo en diciembre, busca una mayor participación del gobierno en las operaciones mineras. “El gobierno estará involucrado directamente en la extracción junto con las empresas, garantizando mejores controles y mayor responsabilidad”, afirmó en conferencia desde la Casa Presidencial. Según Bukele, esta forma de participación estatal busca evitar los errores del pasado, donde las empresas obtenían permisos de explotación sin una supervisión adecuada del gobierno.

 

Sin embargo, organizaciones ambientalistas advierten que la explotación minera podría afectar severamente al Río Lempa, principal fuente de agua de El Salvador, y poner en riesgo a más de 4 millones de personas en la región. Bukele desestimó estas preocupaciones, atribuyendo la contaminación de los ríos salvadoreños principalmente a las aguas residuales no tratadas y a la mala gestión de desechos. Según él, la minería no es la causa principal de la contaminación, sino el vertido de desechos sin tratamiento en los cuerpos de agua del país.

 

Esta problemática ambiental no es exclusiva de El Salvador. En Ecuador, ríos como el Machángara y el Monjas enfrentan altos niveles de contaminación por metales pesados, bacterias y otros agentes microbianos, según investigaciones de la Universidad San Francisco de Quito (USFQ). Durante dos años, se analizaron 18 ríos de Pichincha, y los resultados revelaron que la mayoría de estos cuerpos de agua no cumplen con los estándares ambientales establecidos en las normativas nacionales e internacionales.

 

 

La presencia de metales como zinc, cobre y níquel es alarmante, especialmente en ríos que tienen un uso directo en la agricultura, higiene personal y consumo humano. Por ejemplo, el Machángara registra concentraciones de cobre casi ocho veces superiores al límite recomendado, lo que lo convierte en uno de los ríos más contaminados de la región. A esto se suman niveles preocupantes de bacterias como Escherichia coli y parásitos como Cryptosporidium, que representan una amenaza para la salud pública.

 

 

El proyecto Vindobona, liderado por la Empresa Pública Metropolitana de Agua Potable y Saneamiento de Quito, busca mitigar la contaminación con plantas de tratamiento de aguas residuales. Sin embargo, estas iniciativas aún cubren un porcentaje limitado de las necesidades de la población, dejando muchas áreas vulnerables al impacto ambiental.

 

En este contexto, la contaminación de los ríos ecuatorianos evidencia un patrón de desafíos compartidos en la región. Al igual que en El Salvador, el equilibrio entre el desarrollo económico, la gestión sostenible de los recursos hídricos y la protección de los ecosistemas es una tarea urgente que requiere un enfoque integral y acciones concretas a largo plazo.

 

El debate sobre la minería y la contaminación pone de relieve la necesidad de priorizar la sostenibilidad, la salud pública y el bienestar de las comunidades más vulnerables, mientras los gobiernos apuestan por el crecimiento económico.