
Demanda global por minerales estratégicos impulsa auge minero en Latinoamérica
Impulsada por el desafío climático y la transformación energética, la demanda global de minerales estratégicos está alcanzando niveles históricos. En este contexto, la carrera mundial por recursos como el litio, el cobre y las tierras raras ha convertido a América Latina en una región clave para abastecer al mundo con los insumos necesarios para avanzar hacia una economía baja en carbono. Minerales como el litio, el cobre, el níquel y las tierras raras son esenciales para la fabricación de baterías de vehículos eléctricos, paneles solares, turbinas eólicas, redes inteligentes y sistemas avanzados de almacenamiento energético. Esta creciente necesidad ha generado una reconfiguración de las prioridades geoeconómicas a nivel global, donde los países que poseen estas materias primas críticas se han transformado en socios estratégicos para las principales potencias del mundo, incluyendo Estados Unidos, la Unión Europea y China.
Según Financial Times (2025), América Latina se posiciona como una de las regiones más atractivas en este nuevo mapa de oportunidades, gracias a la combinación de abundancia geológica, estabilidad política relativa y avances en marcos regulatorios. La presión global por asegurar cadenas de suministro estables, éticas y sostenibles ha disparado el interés por proyectos mineros en la región, acompañados de compromisos más firmes con los estándares ambientales, sociales y de gobernanza (ESG). Las inversiones ya no se concentran únicamente en la extracción, sino también en infraestructura asociada, procesamiento local y desarrollo de clústeres tecnológicos.
Latinoamérica: clave en la seguridad de suministro global
En este nuevo orden, Chile destaca como el líder indiscutible en cobre y litio, con operaciones de clase mundial y una transición hacia modelos de minería verde. Argentina continúa consolidándose como potencia emergente del litio, con fuerte presencia en el “Triángulo del Litio” compartido con Bolivia y Chile, y una cartera creciente de proyectos en fases avanzadas. Perú mantiene su fortaleza histórica en cobre y zinc, al tiempo que incorpora mejoras en gobernanza ambiental y participación comunitaria. Brasil, por su parte, despierta cada vez más interés por sus reservas de tierras raras, níquel, grafito y elementos del grupo del platino, todos críticos para la industria tecnológica y energética. Ecuador, aunque aún en etapa de consolidación, cuenta con reservas importantes de cobre y litio; sin embargo, el reciente aumento de tasas e impuestos por parte de ARCOM podría restar competitividad frente a sus vecinos y frenar el avance de nuevas concesiones.
Este auge representa una ventana de oportunidad única para la región: atraer inversión extranjera directa, impulsar el desarrollo industrial, generar empleo de calidad y aumentar ingresos fiscales. Al mismo tiempo, plantea desafíos urgentes en términos de licenciamiento ambiental, consulta previa, uso del agua y distribución equitativa de los beneficios. El equilibrio entre competitividad minera y sostenibilidad será decisivo para el éxito a largo plazo.