LA GEOPOLÍTICA EN LA TRANSICIÓN ENERGÉTICA
Actualmente, todas las naciones del mundo están centrando sus esfuerzos en lograr la transición energética, esto con el fin de contribuir a la disminución de las emisiones de carbono y cumplir con el objetivo propuesto en la COP21, pero para llevar a cabo dicha transición, es importante entender los cambios que se requieren en la matriz energética, los cuales involucrarían una mayor participación de la electricidad y otros vectores energéticos.
Estos cambios no solo afectan el panorama energético, también se prevén cambios en el panorama político, económico, social y geopolítico de las naciones.
Los órdenes geopolíticos mundiales han venido cambiando y evolucionando históricamente acorde a las necesidades de los pueblos, pues la búsqueda y control de los recursos energéticos ha sido una constante fundamental para el poder político, económico y social de las naciones, debido a que sin energía no hay desarrollo.
A lo largo de la historia hemos visto como la humanidad ha atravesado por diferentes “transiciones energéticas”, las cuales se producen por la por la necesidad del desarrollo de la economía y su correspondiente asociación a una fuente de energía dominante que permita paralelamente satisfacer los requerimientos tecnológicos que puedan presentarse en su momento; por ejemplo en el siglo XIII se vivió la transición de leña a carbón, este evento coincide con la primera revolución industrial que se centró en Gran Bretaña, para el siglo XX se presentó una segunda revolución industrial, esta vez demarcada por la transición de carbón a petróleo y con epicentro en Estados Unidos, este cambio desplazó del orden geopolítico a Alemania e Inglaterra y posicionó a Estados unidos y algunos países del medio oriente debido a su capacidad de producción de petróleo.
Actualmente los hidrocarburos continúan teniendo un componente geopolítico importante debido a su capacidad de influir en la seguridad energética de las naciones, la cual esta estrechamente relacionada con el desarrollo político, económico y social.
A pesar que la transición energética busca migrar las fuentes de energía de los combustibles fósiles o otros de bajas emisiones, los hidrocarburos continúan siendo imprescindibles para la generación de nuevas tecnologías, por lo tanto un país que cuente con reservas de recursos energéticos renovables y no renovables, así como con estrategias de exploración, extracción y producción responsables y ambientalmente sostenibles obtendrá una ventaja en el orden geopolítico global, pero debemos ser consientes que el proceso de transición energética involucra diversos actores como el estado, La sociedad y las empresas que transforman el sistema energético de cada nación, y la responsabilidad de cada uno de ellos está en aportar sus recursos económicos, tecnológicos, investigativos y su capital humano para poder hacer posible este cambio.
El reto de la transición energética en América latina es aún mayor, pues además de mitigar el cambio climático es necesario garantizar la seguridad energética de la población con una nueva matriz energética, es decir, asegurar la disponibilidad de energía en todo momento, en cantidades suficientes, y a precios asequibles, algo que a la fecha no sucede con la matriz actual, pues desafortunadamente problemas históricos, sociales, geopolíticos y económicos lo han dificultado, sin embargo la presencia de minerales como litio, zinc, níquel, hierro, manganeso , plata, oro y tierras raras en nuestro continente despiertan el interés de potencias como China y Estados unidos, pues con la inminente demanda de minerales críticos para la generación de energías verdes América latina empieza a jugar un papel importante para las alianzas estratégicas de los gigantes energéticos, lo que podría repercutir en inversión económica e intercambios tecnológicos entre los países de América latina y los actuales lideres del orden geopolítico y energético.
En un ambiente más reducido, pensando en América latina, es Brasil el país que ostenta el título de líder geopolítico, pues su ubicación estratégica le permite compartir frontera con 10 de los 12 países que integran el continente, posee las principales cuencas hidrográficas lo cual favorece la generación de energía hidroeléctrica, cuenta con reservas de hidrocarburos y tierras raras, esto le ha permitido tener una matriz energética más diversificada y obtener experiencia en diseño de sistemas de generación y distribución de energía eléctrica.
Asimismo, no podemos desconocer el potencial minero-energético de los demás países integrantes de la región, por ejemplo Argentina posee reservas de petróleo y plata, Bolivia de litio, Ecuador de oro y cobre, chile aporta más del 20% de cobre del mundo, y así podría seguir nombrando los recursos renovables y no renovables de nuestra región, sin embargo a pesar de los abundantes recursos, Latinoamérica carece de proyectos políticos y liderazgo social y ambiental que permita generar apertura a más proyectos de minería responsable y bien hecha, pues cada estado es responsable de impulsar directa e indirectamente las inversiones en el sector energético, así como fomentar los diálogos entre diferentes actores involucrados y generar los mecanismos políticos para gestar cambios.
Con la transición energética se podría esperar la construcción de un nuevo orden energético mundial, pues el uso de recursos energéticos estará asociado a la distribución y disponibilidad de los minerales críticos para la implementación de energías verdes, las acumulaciones de dichos minerales otorgan estatus de poder a las naciones poseedoras de tan anhelados recursos.
Redacción por Paola Enciso
