Crisis del oro ilegal en la Amazonía ecuatoriana
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La Amazonía en crisis: el devastador avance del oro ilegal en Ecuador

La Amazonía en crisis: el devastador avance del oro ilegal en Ecuador

En el corazón de los Andes ecuatorianos, el mítico Parque Nacional Llanganates es el origen de los afluentes que alimentan al río Napo, serpenteando al oeste de la Amazonía ecuatoriana. Sin embargo, lo que alguna vez fue un paraíso verde ahora se ve eclipsado por una sombra de devastación y crimen.

 

Las comunidades que han vivido en armonía con estos ríos durante generaciones enfrentan una nueva realidad. La agricultura solía ser su principal fuente de sustento, pero la llegada de operadores ilegales ha traído consigo la destrucción de su hogar natural.

 

Elsa Cerda, lideresa de la comunidad Serena, del pueblo indígena kichwa, lamenta la situación: “Nosotros hemos cuidado el río, los ilegales han llegado a destruir”. Su comunidad, a orillas del Jatunyaku, ahora ve cómo la extracción ilegal amenaza su forma de vida.

 

La excavación no autorizada de oro ha crecido exponencialmente en los últimos años, con grandes maquinarias arrasando con la selva y contaminando los cursos de agua. Cantones como Tena y Carlos Julio Arosemena son epicentros de esta actividad criminal, donde pueblos indígenas y colonos luchan por proteger su hogar.

 

La falta de control estatal ha permitido que toneladas de oro ilegal se filtren a mercados internacionales, financiando actividades criminales y alimentando el oscuro comercio del lavado de activos. La complicidad de algunas empresas en este entramado delictivo ha quedado al descubierto, pero la impunidad persiste.

 

El gobierno ecuatoriano enfrenta el desafío de detener esta avalancha de destrucción y corrupción que está desgarrando el corazón de la Amazonía. Mientras tanto, las comunidades locales luchan por preservar lo poco que les queda de su paraíso verde, resistiendo contra la marea de avaricia y violencia que amenaza con ahogarlos.

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