🇪🇨 MICROREPORTAJE DESTRUIR PARA RESISTIR
Nangaritza es un cantón ubicado en la provincia de Zamora Chinchipe, en donde habita una comunidad shuar, misma que ha tenido que hacer frente al desarrollo por medio de la deforestación y la minería ilegal, pues el abandono por parte del Estado al territorio conocido como el segundo Galápagos de Ecuador, ha orillado a sus habitantes a abandonar practicas ancestrales para poder aspirar a un mejor estilo de vida.
Destruir para Resistir es un microreportaje realizado por el canal de YouTube Tinta Digital, en donde se adentran en la comunidad shuar de Nangaritza para conocer su realidad, pues este territorio, como menciona Trotsky Riera coordinador provincial de la Fundación Naturaleza y Cultura, es la conectividad entre los ecosistemas andinos, los ecosistemas amazónicos y de la cordillera del cóndor, siendo que es inmensamente rico en biodiversidad, conteniendo más de 11 ecosistemas, más de 100 especies de anfibios y más de 1oo especies de mamíferos que representan el 25% de las especies del Ecuador.
Esta zona es el último refugio de la comunidad shuar dentro de Zamora Chinchipe, y en esta las mujeres cumplen un rol clave en el traspaso de la cultura a las nuevas generaciones, quienes se han encargado de cultivar y cosechar sus ajas (huertos), transmitiendo saber ancestral, pero esta práctica ha cambiado en las últimas décadas, partiendo desde la migración de mestizos lojanos y azuayos a la zona del alto Nangaritza debido a la sequía existente en sus provincias.
Este proceso no planificado, como lo califica Riera, comenzó a influenciar a la comunidad y al territorio con la globalización, generando gran interés por parte de las comunidades por el desarrollo, nuevas oportunidades de crecimiento y aprendizaje, pero esta ocupación inadecuada trajo consigo la deforestación, misma que se veía justificada en la ganadería.
Esta deforestación conllevó diversas consecuencias, y ya que la ganadería no siempre iba a dar suficientes ingresos a los pobladores de Nangaritza, estos vieron que el precio del oro incrementaba, por lo que la minería ilegal se convirtió en la opción más factible de hacer frente al desarrollo, afectando de sobre manera la conservación de la biodiversidad, pues al menos 50 km del río Nangaritza tiene en sus orillas maquinarias enfocadas en la actividad extractiva.
Esta compleja realidad que vive la comunidad shuar de Nangaritza se debe, casi en su totalidad, al abandono por parte del Estado, pues, al no tener apoyo del Gobierno Central, los habitantes del lugar optaron por sacrificar la biodiversidad para alcanzar el desarrollo. A pesar de ello, las mujeres shuar continúan esforzándose por no perder su cultura, incentivando a las nuevas y antiguas generaciones a retomar sus ajas, pues de la tierra obtendrán lo necesario para vivir y disfrutar de su entorno natural.