
En Pulso Minero analiza el futuro de la minería y los pueblos originarios
El pasado miércoles 2 de abril, Pulso Minero, programa producido por la Cámara de Minería del Ecuador, abordó un tema crucial: la visión de las comunidades indígenas sobre el desarrollo y su relación con la industria minera. En un diálogo franco, María Eulalia Silva, conductora del espacio, y Marco Murillo, líder indígena Puruhá y exasambleísta, desmontaron estereotipos y plantearon caminos para un Ecuador intercultural.
Murillo, actual vinculado a la Fundación Amawta Yachay (FUNAY), rechazó la idea de que los pueblos indígenas sean “anti desarrollo”: “Nuestra cosmovisión es holística: economía, educación, salud y respeto a la naturaleza deben ir juntos”. Aunque reconoció los impactos históricos de la colonización y la marginación —el 60% de los indígenas vive en pobreza y solo el 7.7% accede a educación básica completa—, insistió en mirar hacia adelante: “No podemos anclarnos en el pasado. El mundo avanza con inteligencia artificial y competitividad; nosotros también queremos ser parte”.
Silva destacó el rol de la minería responsable como aliada del progreso: “No se trata solo de extraer recursos, sino de generar oportunidades reales para las comunidades”. Ambos coincidieron en que el paternalismo y la violencia son obstáculos. En su lugar, propusieron un “pacto social multidimensional” entre Estado, empresas, academia y pueblos originarios, basado en educación, corresponsabilidad y diálogo de iguales. “No somos enemigos. Cuando un empresario y un indígena se sientan a hablar, descubren que todos pierden con la confrontación”, ejemplificó Murillo, quien reveló su escepticismo inicial hacia la minería hasta conocer prácticas legales y sostenibles.
La conclusión fue clara: Ecuador necesita construir puentes, no trincheras. Urge erradicar la minería ilegal —responsable del 70% de los daños ambientales— y fortalecer marcos legales que prioricen consultas previas, desarrollo comunitario y distribución justa de beneficios. “La confianza es un puente que se construye paso a paso”, recordó Silva, citando al líder indígena canadiense Jaime Battiste.
En un país donde la diversidad es riqueza, este diálogo no es idealismo: es la hoja de ruta para un futuro donde minería e identidad indígena coexistan sin sacrificar progreso ni tradición. El mensaje final: sin educación, oportunidades y respeto mutuo, ningún desarrollo será sostenible.
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