🇪🇨 COMUNIDADES SHUAR APOYAN LA MINERÍA RESPONSABLE DEL PROYECTO WARINTZA
La minería en Ecuador está cambiando sus formas de actuar con respecto a los lugares que quieren explorar o explotar, pues ahora existen proyectos que toman en cuenta a las comunidades que habitan en ellos y sus necesidades, para así beneficiarlas y cooperar con ellas.
Un ejemplo de esto es el proyecto minero Warintza, desarrollado por la empresa canadiense Solaris Resources Inc. y su subsidiaria local Lowell Mineral Exploration Ecuador S. A., el cual abarca parte de los territorios de las comunidades shuar Warints y Yawi, en las estimaciones de la Cordillera Cóndor, en el cantón Limón Indanza de Morona Santiago. Este se instaló con permiso de sus habitantes, por segunda ocasión, en 2019.
Las ventajas que ha representado este proyecto para las comunidades son varias, pero la que más destaca es el empleo a las comunidades, pues el 89% de su personal es de la Amazonía (38% de las comunidades Warints, Yawi y San Miguel de Conchay), como es el caso de Homero Papuel, morador de Warints, quien recordó que “antes el trabajo era muy escaso, ahora, gracias a Lowell he logrado sustentar la salud, la alimentación y la educación de mis hijos. Hemos esperado al Municipio, a la Prefectura, hemos elegido para que nos ayuden, pero no hemos visto ese apoyo de esas autoridades”.
Otro ingreso que perciben las personas de la comunidad es del alquiler de los caballos para cargar alimentos y abastecer a los campamentos de la minera, en donde el flete desde Warints a Yawi cuesta $11; de Warints a Piuns $22 y de Warints a Warints Sur $42.
“Nuestras costumbres nunca podemos olvidar. Nuestras mujeres hacen chicha, mi mamá hace chicha, sembramos plátano, vivimos de la agricultura. Tenemos ganadito, nos vamos a la cacería, a la pesca. Sabemos los saludos shuar, hacemos lanzas, nos hacemos tatuajes, tenemos los trajes típicos, cuando hay presentaciones demostramos nuestra cultura. Pero seguimos haciendo estudiar a los hijos. Ellos quizá, en unos cinco o seis años, ya serán diferentes a nosotros, pero luchamos para conservar nuestras tradiciones”, expresó Papuel.
Con respecto a la historia de Warints, el shuar y analista del proyecto Franklin Cuja, menciona que entre 1964 y 1970 el Instituto Ecuatoriano de Reforma Agraria y Colonización (IERAC) quizo llevar a cabo proyectos para entregar tierras a gente ajena al lugar, pero los shuar lo impidieron, evitando que las tierras de la Cordillera del Cóndor sean de los mestizos. Así, el Estado se percató de que podía aprovechar la precariedad de la vida de las comunidades indígenas, en donde ya había la idea de que se necesitaba dinero para poder educar a sus hijos, para así permitir el ingreso de las concesionarias mineras.
Para poder llegar a acuerdos y llevar a cabo acciones, se llevan a cabo reuniones mensuales entre los miembros de la Alianza Estratégica del Proyecto Warintza, que esta compuesta por seis miembros de Warints, seis de Yawi y cuatro de Lowell.
Por parte del Estado, el viceministro de minas, Xavier Vera Grunauer, declaró el pasado 16 de marzo del presente año que “la minería puede ser un socio para cuidar los bosques y el medio ambiente, eso es lo que buscamos y este proyecto está dando pruebas contundentes, claras, de qué es la minería que queremos. Este proyecto es participativo, inclusivo con la comunidad, eso es lo que buscamos”.
De igual manera se destaca la inversión que ha realizado Lowell en los últimos 3 años, la cual se acerca a los $ 71 millones, señalando que el proyecto tiene 220 proveedores, siendo 171 de Morona Santiago.
Así mismo, la presencia del proyecto a permitido que los jóvenes de las comunidades se beneficien con becas, pero como señala Cuja, estos enfrentan las dificultades de la adaptación al sistema educativo, ya sea “por debilidad social o moral, por diversión social o por naturaleza del hombre shuar, nuestros jóvenes no avanzaron. Perdieron el año. No rindieron académicamente a pesar de que les dieron departamento en los hoteles de Macas, vestimenta, equipamiento. De los treinta becarios se mantienen diez, cuatro mujeres y seis hombres”.
Es por esto que el analista shuar considera necesario el planteamiento de una moratoria después del plazo de la firma del convenio (entre las comunidades y la minera) que termina en 2023, la cual sería de 10 años, y que en caso de ser considerada como demasiado por parte del Estado, pedirán que, mientras se sigue haciendo la investigación se otorguen becas académicas estatales a nivel internacional.
Cabe mencionar que Solaris firmó con las comunidades shuar un “Acuerdo de cooperación, beneficios y acceso para el desarrollo del proyecto Warintza”, reafirmado el pasado 17 de marzo, en donde se encuentran compromisos como el aumento del salario de los trabajadores, quienes ahora perciben $220 semanales, lo que es un total de $880 mensuales. Así mismo, los trabajadores también recibirán capacitación para que puedan ascender y mejorar sus ingresos.
Fuente: El Universo