CME: Esta decisión no contribuye a la conservación de la zona
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Cámara de Minería del Ecuador ve “consecuencias nefastas” al triunfar plebiscito antiminero

El domingo 20 de agosto no solo hubo elecciones presidenciales y legislativas, sino también dos consultas populares sobre el Yasuní ITT y acerca del Chocó Andino. Esta última solo en la capital.

 

Aproximadamente un 70% de habitantes en Quito se pronunció en favor de prohibir la minería metálica en el Chocó Andino. Según datos del Consejo Nacional Electoral (CNE), hasta las 09:25 del lunes, 21 de agosto, en las cuatro preguntas un promedio del 68% votó por el Sí, mientras que aproximadamente un 31% se pronunció por el No.

 

La presidenta de la Cámara de Minería del Ecuador (CME), María Eulalia Silva, hizo este lunes responsables a los colectivos ambientalistas de las consecuencias negativas que pueda traer la prohibición de toda actividad minera en el Chocó Andino, tras salir favorable el plebiscito que proponía este veto.

 

Silva afirmó en declaraciones a EFE que la prohibición de todo tipo de minería en el Chocó Andino no es la solución para proteger el medio ambiente de esta zona, un espacio de 287.000 hectáreas de bosques andinos catalogado desde 2018 como reserva de la biósfera por la Unesco, una categoría que busca la armonía entre la conservación y el desarrollo de actividades económicas.

 

“Los resultados nos preocupan porque esta decisión de prohibir una industria formal, lejos de proteger al Chocó, va a pasar todo lo contrario. Va a ser un territorio mucho más vulnerable para la penetración de minería ilegal, de tala ilegal, de tráfico de especies”, comentó Silva.

 

En ese sentido, la presidenta de la CME apuntó que esta decisión no contribuye a la conservación de la zona sino que, a su juicio, lo que hace es privar a la población del Chocó Andino, compuesta de casi 20.000 habitantes, de una actividad que puede generar desarrollo y reducir la pobreza de la zona.

 

“Nosotros hacemos responsables a los colectivos que llevaron a cabo esta iniciativa de las consecuencias nefastas que pueda tener para el ambiente y también para la gente”, dijo.

 

Silva acusó a los colectivos ecologistas de lanzar “inexactitudes” durante la campaña como la idea de que el agua del Chocó llega al núcleo urbano de Quito cuando “es una zona cuyos ríos no son más que un depósito de aguas grises y negras”. También consideró inexacto que los ambientalistas digan que no existe posibilidad de que, después del plebiscito, las doce concesiones que se encuentran en fase de exploración puedan llegar eventualmente a la fase de explotación.

 

Si bien reconoció que no será posible que se otorguen las ocho concesiones que también estaban en trámite, aseguró que lanzar la idea de que las concesiones que están otorgadas en la zona no pueden operar es sembrar un caldo de cultivo para futuros conflictos sociales.

 

La presidenta del CME aseguró que, si bien Ecuador ha sido un país minero desde siempre, hace apenas tres años que tiene minería industrial, que es la que representa su gremio, con las minas Mirador y Fruta del Norte, en la provincia amazónica de Zamora Chinchipe, donde asegura que ya se ven los efectos de la dinamización de la economía.

 

Resaltó que gracias principalmente a estas dos concesiones el sector minero se ha convertido en el cuatro rubro de exportaciones de Ecuador, junto al petróleo, el camarón y el banano.

 

  • La Reserva de Biósfera del Chocó Andino de Pichincha fue reconocida por la Organización de las Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura (Unesco, por sus siglas en inglés) como una zona de conservación y desarrollo sostenible en 2018.
  • La zona del Chocó Andino, según el Gobierno, tiene una extensión de 286.000 hectáreas, que representan el 30,31 % del territorio de Pichincha.
  • Posee una concentración de flora y fauna que incluye especies emblemáticas, como el oso de anteojos, el zamarrito pechinegro, el gallo de la peña, olingos, tigrillos e infinidad de insectos, anfibios y reptiles.

 

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