
Crisis minera en San Ignacio: el oro ilegal contamina el río y desplaza al café
El avance de la minería ilegal en la provincia de San Ignacio, Cajamarca, ha multiplicado las concesiones y pone en peligro el ecosistema del río Chinchipe y la economía cafetalera. Inversionistas ecuatorianos y colombianos controlan la extracción.
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La minería ilegal en San Ignacio, en la región Cajamarca, ha crecido de forma alarmante desde la pandemia. Con 139 concesiones registradas y campamentos mineros a lo largo del río Chinchipe, esta actividad amenaza los cultivos de café, fomenta la violencia e involucra a actores de Ecuador y Colombia.
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Minería ilegal en San Ignacio: concesiones se disparan en tiempo récord
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Entre 2019 y 2025, las concesiones mineras en San Ignacio crecieron de 26 a 139, de las cuales 30 se ubican directamente sobre el río Chinchipe, violando regulaciones que prohíben la actividad extractiva en cuerpos de agua. Solo en 2024 se aprobaron 34 concesiones y se tramitan otras 25, según el Instituto Geológico, Minero y Metalúrgico (Ingemmet, 2025).
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El productor cafetalero y subprefecto local, Walter Aranda, describe con nostalgia el cambio en el paisaje: “El río de mi infancia era transparente, lleno de vida. Hoy está lleno de barro, ruido y maquinaria”. Las retroexcavadoras han reemplazado a las redes de pesca y el canto de los pájaros.
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Inversión extranjera y contratos irregulares
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El control de la minería ilegal en San Ignacio se ha descentralizado hacia grupos de “inversionistas” ecuatorianos y colombianos que alquilan tierras ribereñas a cambio de un porcentaje del oro extraído. Un contrato obtenido por OjoPúblico (2025) evidencia acuerdos semiformales donde el 15% de las ganancias va a los dueños del terreno.
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El oro cruzaría hacia Ecuador en camionetas por trochas ilegales, evadiendo todo tipo de control estatal. Desde Ecuador también llega combustible subsidiado, esencial para mantener operativas las más de 400 máquinas presentes en la zona minera.
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Violencia, impunidad y filtraciones policiales
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En noviembre de 2024, un enfrentamiento entre bandas rivales de mineros ilegales en Namballe terminó en enfrentamientos con bombas lacrimógenas y piedras. La policía de San Ignacio ha incautado armas de fuego, pero asegura que muchos operativos se frustran por filtraciones internas. “Incluso hay policías que han invertido en minería”, confesó un agente local (OjoPúblico, 2025).
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A pesar del creciente conflicto, solo 16 casos de minería ilegal han sido judicializados desde 2019. La nueva FEMA en San Ignacio, liderada por el fiscal Miguel Ángel Quijano, busca revertir esta inacción con nuevas investigaciones.
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Café, cultivos y bosque: en riesgo por la minería
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San Ignacio aporta el 62% del café de Cajamarca. Sin embargo, los cafetaleros alertan que ya no encuentran personal para la cosecha: la minería ilegal paga seis veces más. Además, la deforestación en la cuenca del Chinchipe suma 126 hectáreas, principalmente en bosques secos interandinos (MAAP, 2025).
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“Este oro nos está robando todo: el agua, el café y la paz”, advierte Dalinda Castillo, productora cafetalera y defensora ambiental.
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San Ignacio, entre el oro y el colapso
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La minería ilegal en San Ignacio ha desbordado la capacidad de respuesta del Estado, poniendo en riesgo el río Chinchipe, los cafetales y la seguridad ciudadana. La violencia, el contrabando y la contaminación crecen, mientras las instituciones recién comienzan a reaccionar. Sin una acción integral e inmediata, la provincia podría seguir el camino de otras zonas dominadas por el crimen organizado y la minería ilegal.
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Fuentes:
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- Ingemmet: https://www.ingemmet.gob.pe
- MAAP (Monitoring of the Andean Amazon Project): https://maaproject.org
- Ministerio de Energía y Minas del Perú: https://www.gob.pe/minem
- OjoPúblico: https://ojo-publico.com
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