
Mujeres y diversidad en el sector energético: una necesidad de cambio
El pasado 30 de abril, la Universidad UTE marcó un hito en la lucha por la equidad de género en sectores estratégicos. Su Laboratorio Social de Innovación Energético Minero reunió a expertas, líderes y representantes del sector público y privado en el conversatorio “Género, Diversidades y el Sector Energético del Ecuador”. El evento, transmitido en línea y presencial, no solo analizó los desafíos de incluir a mujeres y diversidades en la transición energética, sino que también inauguró el primer Diplomado en Liderazgo, Género y Gobernanza en Energía y Minería, junto con la entrega de becas para profesionales.
Carlos Cabrera, consultor político y moderador, inició el debate destacando la urgencia de integrar la equidad en un sector históricamente masculinizado. María Rosa Tapia, Presidente de Seminarium Ecuador y moderadora del conversatorio, enfatizó la necesidad de cambiar narrativas: “Ver mujeres en roles de liderazgo transforma la percepción de la industria. Atrae a jóvenes y construye legados donde antes solo había ausencia”
Iliana Rodríguez, presidenta de Women in Mining Ecuador, reveló que “En Ecuador, solo el 19.56% de los trabajadores en minería son mujeres, y en puestos gerenciales, por cada 100 hombres hay 28 mujeres”. Estos datos, extraídos de una encuesta reciente, exponen una brecha que se agrava con la desigualdad salarial: las mujeres en cargos directivos ganan 77 centavos por cada dólar que percibe un hombre.
La neurociencia también tomó protagonismo. Ana Larrea-Albert, experta de la Harvard Kennedy School, explicó que “el cerebro humano resiste el cambio por eficiencia energética, pero mediante empatía, conciencia de sesgos y motivación, podemos reconfigurar patrones”. Su enfoque subrayó la necesidad de crear entornos seguros y políticas que fomenten la participación femenina, no como una imposición, sino como un proceso guiado.
Enith Carrión, exviceministra de Electricidad, señaló otro frente crítico: la educación. “Solo el 5% de las mujeres en el sector eléctrico ocupan roles técnicos. Debemos incentivar las carreras STEM desde la niñez”, afirmó. Ejemplos como la primera escuela de mujeres linieras en Quito —donde operarias demuestran igual capacidad que los hombres— revelan que romper estereotipos es posible con voluntad política y programas focalizados.
María Rosa Tapia también destacó el rol de las “power skills” (habilidades de poder) en el liderazgo moderno: “No se trata solo de conocimientos técnicos, sino de pensamiento crítico, persuasión y resiliencia. Estas habilidades, junto a redes de apoyo y mentorías, son claves para que las mujeres escalen en sectores estratégicos”. Su reflexión resonó al anunciarse las becas para el diplomado, patrocinadas por empresas como Silvercorp y Solaris, y entregadas a profesionales como Diana Bustamante y Patricia Paucar. Mercy Coronel, directora del Laboratorio, resaltó que “donde hay energía hay poder, y donde hay equidad hay justicia”.
El conversatorio trazó una hoja de ruta clara hacia una industria energética más inclusiva, basada en la educación temprana en STEM, políticas con enfoque de género y redes de mentoría. Iniciativas como el diplomado de la UTE y los datos aportados por WIM representan avances significativos, pero el verdadero cambio requerirá el compromiso conjunto de empresas, Estado y sociedad. La equidad debe asumirse como una inversión estratégica para un futuro energético no solo renovable, sino también justo e inclusivo.