Perspectiva minera de Ecuador en el mundo
Por Pablo Javier Barragán Ordóñez
La globalización y la era digital obliga a que el desarrollo tecnológico dependa de la extracción de materia prima y minerales. La importancia de los minerales se lo puede apreciar en el caso del cobre para el despliegue de redes y cables; el neodimio utilizado como superconductor y empleado para la reducción del tamaño de los teléfonos móviles, los cuales están hechos en su mayoría de plástico, derivado del petróleo. Asimismo, el silicio es usado para la fabricación de pantallas táctiles.
De igual forma, para la fabricación de autos eléctricos se requieren baterías de litio, a fin de prescindir de la energía proveniente de los combustibles fósiles causante de los gases de infecto invernadero y del cambio climático. De acuerdo a la Agencia Internacional de la Energía (AIE) para el año 2040 la demanda mundial de litio aumentará 40 veces. El comercio mundial urge de una centena de minerales y el conjunto de tierras raras para la industria y la generación de energía eólica, hidráulica, eléctrica, entre otras. En el sector de la construcción se continuará necesitando acero, aluminio, cobre, hierro y en general, minerales y derivados de petróleo.
En consecuencia, la transición energética en el mundo debe continuar contando con la explotación minera e hidrocarburífera; reemplazarla o prescindir de ellas, está demostrado, no es rentable ni factible. En ese marco, Ecuador goza de un potencial minero importante; solamente en el cobre, los proyectos La Plata y Curipamba podrían producir 45.449 millones de libras, constituyendo un importante aporte a las arcas fiscales, generando empleo, atracción de inversión extranjera, encadenamiento productivo, prosperidad. Para cumplir este y otros objetivos y proyectos el sector minero debe contar con un catastro minero actualizado y la habilitación de licencias ambientales que brinden seguridad jurídica al inversor extranjero que confía en el Ecuador.
