Normativas mineras en Ecuador: desafíos y oportunidades
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La minería ecuatoriana y sus desafíos: reglas y normas técnicas; tarea pendiente de la gobernanza pública minera.

La minería ecuatoriana y sus desafíos: reglas y normas técnicas; tarea pendiente de la gobernanza pública minera.

Por René Ayala Lomas

Docente- Experto Minero-Conferencista Internacional

FERLAT CORPORATION

 

En el dinámico y cada vez más competitivo sector minero de la región, Ecuador debe considerar de manera integral la relevancia e impacto de los instructivos técnicos en los ámbitos legal, técnico y económico, en las diferentes fases y escalas de la minería (artesanal, pequeña, mediana y gran minería, tanto metálica como no metálica). Estos instructivos son esenciales para asegurar y mejorar la eficiencia operativa, minimizar riesgos, y garantizar la transparencia y rendición de cuentas en la industria. Todo esto con el objetivo de alcanzar un equilibrio entre el crecimiento económico y la sostenibilidad socioambiental. La minería continúa siendo una fuente significativa de ingresos y desarrollo para el país.

 

Es importante distinguir entre un instructivo técnico o protocolo, que en un país es de cumplimiento obligatorio, y las guías de buenas prácticas, cuya aplicación a nivel mundial es voluntaria.

 

En Ecuador, el Instituto de Investigación Geológico y Energético (IIGE) ha elaborado la «Guía de seguridad en actividades mineras subterráneas» para pequeña minería y minería artesanal. Además, el Ministerio del Ambiente (MAATE), en colaboración con el Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo (PNUD), ha creado la «Guía Técnica de Mejores Prácticas Ambientales» (MPA). Esta guía proporciona recomendaciones para reducir la generación de desechos tóxicos y promover prácticas ambientalmente adecuadas en varios sectores productivos, incluida la minería.

 

Existen varias guías de buenas prácticas en minería a nivel mundial que han sido adoptadas por diferentes países. Entre ellas se encuentran las Guías de Buenas Prácticas del Consejo Internacional de Minería y Metales (ICMM), que proporcionan principios y herramientas para la gestión responsable de la minería, incluyendo la gestión del agua, la biodiversidad, la seguridad y los derechos humanos. Estas guías buscan promover la sostenibilidad, la seguridad y la eficiencia en la industria minera. Además, el Comité Internacional para la Información sobre Reservas Minerales (CRIRSCO) ofrece una guía para la exploración y estimación de recursos minerales.

También se aplican las directrices ESG (Environmental, Social, and Governance) a través de la Prospectors and Developers Association of Canada con su iniciativa “e3 Plus: Exploración Mineral Responsable”. Esta guía de recomendaciones está desarrollada para asistir a las empresas exploradoras en la continua optimización de su desempeño en actividades sociales, ambientales y de salud y seguridad, aplicables a sus programas de exploración alrededor del mundo durante su curso normal de trabajo.

 

Es fundamental que la industria minera ecuatoriana tome la iniciativa para crear, reformar y actualizar continuamente los instructivos y protocolos, con el fin de fortalecer el sector minero por varias razones esenciales: conservación del ambiente, cumplimiento de la normativa establecida en la Constitución de la República, la Ley de Minería y sus reglamentos, así como el Plan Regulador Institucional actual de la Coordinación Técnica de Regulación y Control Minero. También se incluye la responsabilidad social, el desarrollo sostenible, la prevención de conflictos y riesgos laborales, la mejora de la imagen del sector minero, la innovación y competitividad para atraer inversión minera nacional y extranjera, los beneficios para las comunidades locales de influencia directa e indirecta, y la mejora continua de la política pública minera que pueda garantizar la seguridad jurídica.

 

La situación actual de la normativa minera en Ecuador presenta varios desafíos y deudas pendientes en la elaboración o actualización de instructivos y protocolos de cumplimiento legal, técnico y económico obligatorio. Aunque han existido diversas iniciativas, no se han concretado debido a la alta rotación de las autoridades del Ministerio de Energía y Minas a nivel jerárquico superior. Por lo tanto, cualquier esfuerzo para producir normativa será bien recibido por el sector minero e inversionistas nacionales y extranjeros.

 

 

La implementación adecuada de instructivos y protocolos en los ámbitos legal, técnico y económico para el sector minero ecuatoriano puede traer múltiples beneficios. Estos beneficios impactarían tanto a la autoridad reguladora como a las empresas mineras y a las comunidades de influencia directa.

 

 

En conclusión, la minería ecuatoriana enfrenta un momento crucial que determinará su despegue o ralentización. El año 2025 puede ser un año de importantes realizaciones; sin embargo, en los últimos siete años, la producción de normativas, buenas prácticas y protocolos en la legislación local ha sido inconstante, indisciplinada y caótica.

 

De ahí se desprende que enfrentamos problemas significativos en la obtención de licencias y la tramitología debido a la ausencia de una ventanilla única. Por otro lado, la violencia y la fuga de dólares provocadas por la extracción ilícita de minerales en todo el país se deben a la falta de control y directrices claras. Además, cuestiones técnicas cruciales como los relaves, las escombreras y la autogeneración de energía contractual han producido interrupciones en la producción. No debemos olvidar los aspectos básicos para trazabilizar las exportaciones mineras en un momento en que las finanzas fiscales necesitan un impulso, y a la vez, enfrentamos el azote del narcotráfico en las cadenas logísticas de comercio exterior. Por lo que se requiere una verdadera planificación minera que abarque el atractivo geológico minero real de Ecuador.

 

La elaboración y actualización de reglas y normas técnicas son tareas esenciales para la gobernanza pública. Su adecuada implementación puede marcar la diferencia entre una industria minera sostenible y una que garantice la resolución de problemas ambientales, sociales y económicos. Una posible solución sería la observación, a manera de «benchmarking», de países mineros líderes en la región, como Chile y Perú, para ahorrar recursos y tiempo.

 

Juntos, podemos construir un futuro en el que la minería y el desarrollo sostenible vayan de la mano, asegurando beneficios duraderos para las generaciones presentes y futuras. De lo contrario, esto podría quedar como una utopía y una burbuja especulativa que perjudique aún más nuestra alicaída imagen internacional.

 

*La opinión de este artículo es responsabilidad del autor y no refleja el pensamiento de este medio.